lunes, septiembre 09, 2013

Hotel Revfülöp


como leche de cabra
blanca es la noche y dulce
sobre Balaton´s lake:

una a una bajo el haz de esa luz que se derrama
aparecen las pequeñas cosas de este mundo
un cerezo cargado de frutos
un viejo aliso
los muros de una antigua capilla derruida
en la distancia

¿pasaron por aquí las marchas de la muerte
o bebieron de esta aguas los soldados del fuhrer?
-pregunto-
olivares y viñas
han crecido sobre las antiguas cenizas de la muerte
-me dices-
pero el hedor de la carne corrompida
aun se suspende sobre el campo de lavandas

entre el recelo y la alegría
y la esperanza y la incredulidad
entre el extrañamiento y el deseo
compartes conmigo el pan y la carne
la historia de cuatrocientos mil muertos
que leudan la memoria

ocultos de los dioses de la furia
y de los guardianes de la vergüenza
esta noche aceptamos la vida como si nosotros
y solo nosotros
la mereciésemos

las campanas de Revfülop no doblan a muerto
y el vino que desborda las copas no es solo una metáfora

dejamos a los muertos bajo la tierra
continuar en su muerte                              
y que las cenizas desciendan hasta el fondo del agua
en las pozas de Birkenau
y que la memoria se suspenda
y el horror se suspenda
y el luto

en el tremor de mis miembros bendigo en silencio el vigor de tu padre
y la sufriente determinación de tu madre
en los campos de Polonia:

no de espanto
tiemblan tu voz y tu cuerpo esta noche
y yo en él