Hotel Revfülöp
como
leche de cabra
blanca
es la noche y dulce
sobre
Balaton´s lake:
una a
una bajo el haz de esa luz que se derrama
aparecen
las pequeñas cosas de este mundo
un
cerezo cargado de frutos
un
viejo aliso
los
muros de una antigua capilla derruida
en la
distancia
¿pasaron
por aquí las marchas de la muerte
o bebieron
de esta aguas los soldados del fuhrer?
-pregunto-
olivares
y viñas
han
crecido sobre las antiguas cenizas de la muerte
-me
dices-
pero el
hedor de la carne corrompida
aun se
suspende sobre el campo de lavandas
entre
el recelo y la alegría
y la
esperanza y la incredulidad
entre el
extrañamiento y el deseo
compartes
conmigo el pan y la carne
la
historia de cuatrocientos mil muertos
que
leudan la memoria
ocultos
de los dioses de la furia
y de
los guardianes de la vergüenza
esta
noche aceptamos la vida como si nosotros
y solo
nosotros
la
mereciésemos
las
campanas de Revfülop no doblan a muerto
y el
vino que desborda las copas no es solo una metáfora
dejamos a los muertos bajo la tierra
continuar en su muerte
y que
las cenizas desciendan hasta el fondo del agua
en las
pozas de Birkenau
y que
la memoria se suspenda
y el
horror se suspenda
y el
luto
en el tremor de mis miembros bendigo en silencio el vigor
de tu padre
y la sufriente determinación de tu madre
en los campos de Polonia:
no de espanto
tiemblan tu voz y tu cuerpo esta noche
y yo en él