Como a la luz del relámpago la noche
así tu carne
−trémulo espejo en que me miro−
bajo esta embarcación de breve eslora
abre sus aguas
desde la aurora boreal que te corona
desciendo la longitud del cuello lentamente
y a dentelladas breves descubro tus omóplatos
suaves pronunciamientos
islas de soledad que esta noche reclamo para mí
sobre la blanda huella de otras migraciones
sin duda
otros naufragios
hiende la quilla tu dulcísima carne que se orla
en perlas de sudor
y conquista el bajel latitudes de carne y sal y huesos
buscando el mediodía
pleamar
tímidas constelaciones
en el mapa celeste de tu espalda
me llevan mar adentro
siguiendo el meridiano hacia el cénit violento
hacia la tempestad que espera
y que deseo
en tu límite austral
y palpitante
y en tu cénit
por fin
estrella de carne que se riza y se tremola
mi barca se hace espuma
sumergida