Parque Dolores
en este parque alguna vez
hubo un cementerio indio
―me dicen―
ándate con cuidado
los espíritus a veces
se encoleran
para fundar el parque
exhumaron los pocos cuerpos
rescatables
es decir aquello que aún dormía bajo la tierra
con los ojos abiertos y las manos
a la altura del costillar entrelazadas:
sólo un cúmulo de blancas osamentas incompletas
cráneos fragmentados por el tiempo
pedernales que alguna vez hicieron fuego
en la memoria
frente a un altar florido
cuentas de barro
puntas de flecha ensangrentadas
una trenza larguísima
increíble
había
también
bajo la tierra
crucifijos
los venerables jesuitas
querían hacer acompañar de cristo
a los infieles
en su pase al submundo
pero no había ya mucho
sin embargo
cuando esas grandes máquinas
empezaron a excavar
sobre esta tierra sagrada
casi trescientos años
bajo este páramo frío
y septentrional
habían convertido aquella carne india
en árboles
y ardillas
tal vez pájaros
los fragmentos restantes
de la historia
sin embargo
fueron pulverizados
y reunidos
en una urna de concreto
las autoridades municipales
transformaron el parque
sepultaron bajo una plancha de concreto
fuentes
corredores
y un tapete de césped
una historia de sangre
y herejía
en la verde explanada
algo parecido a un indio
en pie de guerra
un monumento
de bronce terminado
fue colocado con mucha ceremonia
en medio de una fuente
hubo un cementerio indio
―me dicen―
ándate con cuidado
los espíritus a veces
se encoleran
para fundar el parque
exhumaron los pocos cuerpos
rescatables
es decir aquello que aún dormía bajo la tierra
con los ojos abiertos y las manos
a la altura del costillar entrelazadas:
sólo un cúmulo de blancas osamentas incompletas
cráneos fragmentados por el tiempo
pedernales que alguna vez hicieron fuego
en la memoria
frente a un altar florido
cuentas de barro
puntas de flecha ensangrentadas
una trenza larguísima
increíble
había
también
bajo la tierra
crucifijos
los venerables jesuitas
querían hacer acompañar de cristo
a los infieles
en su pase al submundo
pero no había ya mucho
sin embargo
cuando esas grandes máquinas
empezaron a excavar
sobre esta tierra sagrada
casi trescientos años
bajo este páramo frío
y septentrional
habían convertido aquella carne india
en árboles
y ardillas
tal vez pájaros
los fragmentos restantes
de la historia
sin embargo
fueron pulverizados
y reunidos
en una urna de concreto
las autoridades municipales
transformaron el parque
sepultaron bajo una plancha de concreto
fuentes
corredores
y un tapete de césped
una historia de sangre
y herejía
en la verde explanada
algo parecido a un indio
en pie de guerra
un monumento
de bronce terminado
fue colocado con mucha ceremonia
en medio de una fuente